"Toda antropología es antropología de la antropología de los otros. El lugar antropológico es al mismo tiempo principio de sentido para aquellos que lo habitan y principio de inteligibilidad para aquel que lo observa.
"El lugar antropológico es ante todo geométrico. Se lo puede establecer a partir de tres formas espaciales simples que pueden aplicarse a dispositivos institucionales diferentes (…): en términos geométricos se trata de la línea, de la intersección de línea y del punto de intersección. En términos geométricos hablaríamos de itinerarios, encrucijadas y centros, las cuales se superponen parcialmente" (p. 62)
"Por no-lugares designamos dos realidades complementarias pero distintas: los espacios constituidos con relación a ciertos fines (transporte, comercio, ocio), y la relación que los individuos mantienen con esos espacios. (...) Como los lugares antropológicos crean lo social orgánico, los no-lugares crean la contractualidad solitaria. (...) Hay palabras que hacen imagen. O más bien imágenes" (p. 98)
"[Los no lugares] fueron siempre el blanco privilegiado de los atentados [terroristas] por razones de eficacia (…) pero es quizá también porque aquellos que reivindican nuevas socializaciones y nuevas localizaciones no pueden ver en ello sino la negación de su ideal. El no lugar es lo contrario de la utopía: existe y no postula ninguna sociedad orgánica" (p. 114)
"En la situación de supermodernidad, una parte del exterior [etnológico] está constituida por no-lugares, y una parte de los no-lugares, por imágenes.
Augé, Marc (1992). Los "No lugares" : espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad [traducción: Margarita N. Mizraji]. Barcelona: Gedisa, 1993. ISBN 84-7432-459-9