L'aeroport de Pequín estrena la terminal més gran del món
L'edifici de Norman Foster té tres quilòmetres de llargada i forma de dragó
ADRIÁN FONCILLAS
PEQUÍN
L'ampliació solucionarà un problema urgent i en pal.liarà un altre d'important. L'urgent són els Jocs Olímpics: les antigues instal.lacions de l'aeroport de la capital xinesa, pensades per acollir un total de 35 milions de passatgers, ja van donar símptomes greus de saturació amb els 54 milions de l'any passat. Els 64 milions que s'esperen en aquest, molts d'ells concentrats en tres setmanes, l'elevaran del novè al tercer lloc en trànsit de passatgers. Uns 100.000 metres quadrats i 12 portes de la nova terminal 3 es dedicaran en exclusiva als vols xàrter dels Jocs Olímpics. En aquesta modernització de les infraestructures, que inclou també noves línies de metro, Pequín s'hi ha gastat 10 vegades més que Atenes.
Aquesta allau explica que l'edifici més extens del món s'hagi acabat en a penes quatre anys, quan només el procés d'investigació i consultes de la nova terminal de l'aeroport londinenc de Heathrow en va necessitar cinc. A Pequín no hi va haver aquest procés: l'agost del 2004 van ser contractats 50.000 treballadors i poc després ja es desallotjaven de les seves terres 10.000 pequinesos en un procés rapidíssim fins i tot per als paràmetres xinesos.
RENOVACIÓ ESTÈTICA
La qüestió era tant logística com estètica. Un cop assumits els Jocs com una posada de llarg global, a la Xina l'incomodava que el primer que veiessin els viatgers fos un típic aeroport xinès, amb aquella grisenca sobrietat soviètica. La nova terminal 3 de Foster, amb una coberta aerodinàmica i una moderna estructura d'acer i vidre, està en la línia paquidermicoavantguardista del Gran Teatre Nacional, l'Estadi Olímpic i la nova seu de la televisió pública, que han estat encarregats a altres arquitectes d'anomenada internacional.
El problema és que al sector aeronàutic li és difícil atrapar la velocitat de desenvolupament del país. Set milions de xinesos viatjaven en avió a mitjans dels 80, pels 185 milions actuals. A més del trànsit interior, la Xina serà la primera potència turística el 2020. Per pal.liar aquest dèficit, el país destinarà en els pròxims cinc anys 14.000 milions d'euros a construir 49 aeroports, ampliar-ne 71 i recol.locar-ne 11. L'objectiu és que el 82% de la població visqui a menys de 100 quilò- metres d'un aeròdrom.
La terminal 2 de l'aeroport de Pequín es va inaugurar fa tot just vuit anys i poc després es va revelar insuficient. I quan encara no s'ha tallat el llaç de la terminal 3, la capital ja busca terrenys per a un segon aeroport internacional que obrirà el 2015, quan es preveu que sigui superada la capacitat de 85 milions de passatgers. Xangai disposa de dos aeroports internacionals (Hongjiao i Pudong), que seran units en un hub amb capacitat per a més de 100 milions de passatgers.
El Periódico 29/02/08
Algunes fotos d'aquest espai. Pekin, seu dels Jocs Olímpics 2008, ha construït un Estadi en forma de niu i un aeroport en forma de dragó. Tornem a una arquitectura constructivista on la forma de l'edifici ha de ser una alegoria de la funció d'aquest espai (a l'estil del constructivisme soviètic dels anys 20)?
Fotos: www.bornrich.org/gallery/beijing-airport-1_48/
Norman Foster explica la raó per la qual ha dissenyat aquest espai de trànsit en forma de dragó tot seguint unes pautes relacionades amb la tradició i la cultura xineses. En aquest cas, es tracta d'un lloc ple de simbolisme...
El dragón de Norman Foster echa a volar
ANDREA RODES - PEKÍN - 28/02/2008 21:11Uno de los mayores placeres al sobrevolar Pekín en avión este invierno era ver aparecer entre las capas de polución la silueta del nuevo aeropuerto internacional, diseñado por el arquitecto inglés Norman Foster. Desde la ventanilla, su tejado de acero ondulado, de 3.25 kilómetros de largo, parecía la cola de un inmenso dragón. Es ondulado, dinámico, simboliza la belleza y la emoción de volar. Las grúas y andamios que lo rodeaban ya no están. Todo está a punto para que la recién acabada Terminal 3 empiece hoy a funcionar.
"El diseño del aeropuerto nace del contexto cultural chino", ha repetido Foster en diversas ocasiones para explicar el porqué de la forma de dragón del tejado - en China, este animal es símbolo de fuerza y buena suerte - o el predomino de los colores tradicionales rojos, naranjas y amarillos. Considerado el edificio más grande del mundo, el aeropuerto mide 1,3 millones de metros cuadrados y está pensado para atender a 50 millones de pasajeros en el año 2020. Ver el edificio de punta a punta desde el suelo es imposible.
Según Foster, "la nueva terminal ofrece una experiencia de viaje inigualable". No sólo por los avances tecnológicos, sino también en términos de comodidad para los pasajeros y sostenibilidad medioambiental. Los enormes ventanales, orientados al este y al sur, permiten la entrada de luz natural y para mantener las condiciones adecuadas de la temperatura interior sin derrochar energía.
"La orientación al sur es una tradición de la arquitectura china", explica JoJo, una joven de 22 años que hoy debuta como azafata en el mostrador de información. En China, la mayoría de las casas se construyen y se decoran respetando los principios del feng shui (aire-agua). El precio de una vivienda puede variar mucho en función de su orientación cardinal.
Duro trabajo
El mostrador de JoJo se encuentra en el amplio vestíbulo de facturación internacional, frente a una enorme escultura de bronce, que representa a cuatro dragones sujetando un globo terráqueo. "Me hace ilusión atender a los millones de pasajeros de todo el mundo que visitarán Pekín durante los Juegos Olímpicos", dice JoJo. Su inglés es muy limitado. A partir de hoy, le tocará estar siete horas seguidas de pie en el mostrador, siete días a la semana. Tiene media hora para el almuerzo, pero la comida no va incluida en su salario mensual de 700 yuanes, alrededor de 70 euros.
El nuevo aeropuerto será la puerta de entrada de los atletas olímpicos a Pekín y por eso "fue diseñado para ser acogedor y estimulante al mismo tiempo", según Foster. El interior de la Terminal 3 es nítido y espacioso, libre de salas y compartimientos que puedan desorientar al pasajero. Foster consigue la sensación de estar en un hangar gracias al uso de pilares y columnas de distintos colores y tamaños para sujetar en entramado de acero del techo. En total se emplearon más de 45.000 toneladas de acero, símbolo de la industrialización cuando el presidente Mao lanzó la política de "El gran paso adelante", en 1958. China se volcó en la producción de acero con el objetivo de superar a Inglaterra en 15 años.
Referencias navales
Para diseñar la complicada estructura de acero, Foster se inspiró en la experiencia de China en construcción naval. Su intención era reflejar la modernización de China, fusionar los avances tecnológicos y la ingeniería punta con elementos esenciales de su cultura: columnas de acero rojas para enmarcar los pasillos centrales, como en los antiguos templos; la planta del edificio en forma de "ren", carácter chino que significa "gente"; o el tejado dorado, el mismo color que el tejado de la Ciudad Prohibida, el centro emblemático de Pekín. Ambos edificios simbolizan el resurgir de China en dos períodos distintos.
La construcción del aeropuerto se ha terminado en cuatro años y han participado 50.000 trabajadores. Un logro que, según Foster, se debe a la gestión eficiente y no a la cantidad de recursos empleados. La prensa inglesa recuerda estos días que se ha necesitado el mismo plazo sólo para aprobar los planos de la nueva terminal 5 del aeropuerto de Heathrow, diseñada también por Foster. El aeropuerto de Pekín es un 17% más grande que las cinco terminales de Heathrow juntas.
Norman Foster, el señor de las decisiones exprés
El arquitecto Norman Foster (Manchester, 1935) hizo el servicio militar en las fuerzas áreas inglesas (RAF) y es probable que siga siendo un enamorado de volar. Hasta ha diseñado un modelo de aeroplano teledirigido. Sin embargo, su gran pasión son los hangares, tal y como ha dejado ver en sus aeropuertos con diseños de arquitecturas diáfanas y ligeras, como los de Stansted, en Londres, el Chep Lap Hok de Hong Kong y ahora en el de Pekín.
Durante sus primeros proyectos Foster se inclinó por un pronunciado carácter “High-tech”. Pero no tardó en suavizar el excesivo tratamiento técnico. En todo caso, los proyectos de Foster y sus socios llevan un marcado sello industrial. Entre los premios que le cubren de gloria destaca el de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe y el Pritzker. Foster se ha erigido en uno de los iconos de vanguardia de la nueva China, que emerge a golpe de hormigón y planes de construcción con permisos rápidos. Su capacidad de gestión, con equipos solventes, le convierten en el arquitecto ideal para una ciudad lista para la utopía.
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